martes, 17 de marzo de 2009

La legión extranjera que alegra a Honduras



La primera y única participación hondureña en una Copa Mundial de la FIFA se remonta a España 1982. En aquél torneo, todos los jugadores catrachos participaban en la liga local y, a pesar de su fantástica actuación en tierras ibéricas, pocos fueron los que consiguieron dar el salto a las prestigiosas ligas europeas.

Pero los tiempos cambian, y basta sólo ver la plantilla del actual combinado de Honduras para darse cuenta de la enorme transformación que ha sufrido con los años. Hoy, para cada partido de la fase clasificatoria rumbo a Sudáfrica 2010 hay, por lo menos, seis legionarios. Y no en cualquier lugar, sino en los campeonatos más importantes del mundo.

El emblema Suazo
Desde hace varios años, la responsabilidad de ser el portaestandarte hondureño ha recaído sobre David Suazo. El velocísimo delantero dejó constancia de sus cualidades desde muy joven y eso le valió llamar la atención del Cagliari, de la liga italiana. Ahí se convirtió en artífice del equipo e ídolo de la afición local.

Su gran paso por el equipo de Cerdeña no pasó desapercibido para los grandes, y nada menos que el Milan y el Inter pelearon hasta el final para conseguir su traspaso. Fueron los nerazzurri los que a la postre consiguieron a La Pantera que, tras una temporada y 8 goles, fue prestado al Benfica, en donde deslumbra actualmente.

El éxito de Suazo significó abrir una puerta para muchos de sus talentosos compatriotas, que sólo esperaban una oportunidad para mostrar su calidad. Tal fue el caso de Julio César León. Tras un breve paso por el Celaya mexicano, el Rambo también emprendió el camino hacia Italia, donde fue uno de los puntales del Génova y ahora destaca en el Parma.

Por supuesto, el éxito de estos jugadores ha sido esencial para el buen paso de la selección nacional, que parece más cerca que nunca de su segunda Copa Mundial de la FIFA. Y así lo reconoció el técnico Reinaldo Rueda a FIFA.com: "Indudablemente salir del país logra que el jugador hondureño tenga otra dimensión, que crea en sus condiciones y mejore su nivel de autoestima. Es muy positivo".

La avenida inglesa
Cuando el Wigan anunció en su página web las contrataciones de Wilson Palacios y Maynor Figueroa, muchos de sus aficionados leyeron incrédulos. "¿Honduras?" se preguntaban en los foros. "¿Y eso dónde está? ¿Ahí juegan al fútbol?" Unos meses más tarde no había un solo fanático de los Latics que no reconociera la calidad de estos embajadores centroamericanos en la Premier League.

Desde el momento que pisó la cancha, Palacios se convirtió en uno de los favoritos del JJB Stadium. Su filosofía de no dar nunca un balón por perdido y su capacidad para distribuirlo lo hicieron el jugador más popular del equipo al punto que, en cada partido, la tribuna cantaba varias canciones en su honor. El reconocimiento llegó a tal nivel que su traspaso al Tottenham por 15 millones de libras esterlinas se convirtió en el más caro para un jugador de la CONCACAF.

A su compatriota le costó un poco más consolidarse, pero poco a poco fue encontrando el nivel que había llamado la atención de los ojeadores ingleses. Ahora Figueroa ya es un jugador fundamental en la línea defensiva del Wigan, y es también muy querido por sus aficionados.

Este póker de ases no representa todo el contingente hondureño en tierras foráneas. Sus elementos han invadido el mundo y juegan en lugares tan diversos como Polonia (Carlo Costly, que ahora está a préstamo con el Birmingham inglés), Bélgica (Víctor Bernárdez), España (Walter Martínez), Canadá (Amado Guevara) o México (Ramón Núñez).

Y no serán los únicos. A diferencia de lo sucedido en 1982, no cabe duda de que, si la selección hondureña está presente en Sudáfrica 2010, por su calidad y capacidad de adaptación, varios nuevos elementos se sumarán a esta notable legión extranjera catracha.

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