sábado, 3 de enero de 2009
Valencia ganó al Atletico de Madrid en una noche magica para Silva
La noche del 3 de enero de 2009 pasará a la historia por ser la noche en la que dos de los jugones que consiguieron la Eurocopa para España volvieron a brillar con luz propia. Iniesta hizo mucho para el tiempo que tuvo en el Barcelona-Mallorca, pero el que mostró su mejor versión fue David Silva. El grancanario volvió a ser titular y lo hizo para tirar del carro ché. Que el Valencia ha vuelto a ser un equipo temible este año se le escapa a pocos. Pero ha tenido que volver el de Arguineguín para que el conjunto de Emery recupere la magia, la alegría de jugar al fútbol. Tan decisivo (dos goles) y espectacular fue el jugador ché que logró eclipsar el pésimo arbitraje de Rodríguez Santiago y el mal partido del Atlético de Madrid. En definitiva, un 3-1 que hizo justicia a lo visto sobre el terreno de juego.
Se esperaba un duelo de gran nivel pero sólo el Valencia estuvo a la altura. El Atlético de Madrid no salió con la pegada de otros partidos y el Kun Agüero no brilló como en los últimos tiempos. Su mal partido ante el Valencia pone fin a la racha de cuatro partidos consecutivos 'mojando'. Y es que el Valencia salió más enchufado desde el primer minuto. Muestra de ello es que a los cinco minutos de partido ya le habían anulado dos goles en sendas jugadas no exentas de polémica. En uno se señala falta en ataque de Villa sobre Heitinga, que podría ser discutible, antes de que el Guaje marcara. En el segundo hay un fuera de juego de Silva que no deja lugar a dudas pero que, aún así, fue muy protestado por el público de Mestalla.
Hasta ahí se podría calificar la actuación de Rodríguez Santiago de muy buena. Lidió con dos situaciones comprometidas y lo hizo con solvencia. Sin embargo a la media hora de juego comenzó su particular 'show' que tuvo su inicio en un penalti clarísimo de Perea a Villa que no vio. Algo debió remorderle la conciencia para que a los cuatro minutos se creyese un piscinazo de Baraja dentro del área y señalara pena máxima. Fruto de ese error llegó el primer tanto ché gracias a la eficacia de Villa.
Por suerte para el fútbol ahí estaba David Silva, dispuesto a impedir que el árbitro fuera el protagonista de la noche. No sólo marcó dos goles sino que tuvo ocasión para hacer alguno más, dejó varios detalles de gran calidad y no se amilanó pese a la gran cantidad de patadas que recibió. Poco después del gol de Villa, el canario aprovechó un balón que le sirvió Miguel en la frontal del área tras aprovecharse de un error grave de Pernía. Una vez recibió metió la quinta para internarse en el área y batir a Leo Franco con un toque de genio.
Espejismo rojiblanco
El Atlético, totalmente inofensivo, tuvo su dosis de suerte cuando a Baraja se le cruzaron los cables dentro del área y cometió un penalti claro sobre Agüero. Forlán recorto distancias desde el punto fatídico y parecía que todavía podría haber partido en la segunda parte.
Tras la reanudación a los madrileños se les vio con ganas de arreglar la situación comandados por Simao y Forlán. Pero entonces volvió a aparecer Silva con un latigazo desde larga distancia ante el que nada pudo hacer Leo Franco.
Después de eso poco fútbol se pudo ver en Mestalla. El partido se fue calentando progresivamente, suerte en la que Albelda es todo un especialista, y el Atlético no fue capaz de empezar a hacer lo que no hizo en todo el choque: jugar al fútbol.
Al final, victoria justa para los de Emery, que dan un paso importante al deshacerse de un rival directo en la lucha por los puestos de Champions.
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