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La selección de Guatemala arribó anoche, entre el silencio y la indiferencia, a la Habana, capital de un país beisbolero y que prácticamente está fuera de la pelea por clasificar a Sudáfrica 2010. Los jugadores nacionales llegaron a la isla con la obligación de ganar para evitar un papel bochornoso.
La expectativa por el juego no es muy grande, y muchos seguidores del equipo caribeño le apuestan al triunfo de los guatemaltecos, luego de que su selección no ha sumado puntos después de cuatro jornadas de la eliminatoria.
La bicolor mantiene vivas las esperanzas y, desde ayer, tomó como fortaleza el hotel Meliá Cohiba, en el centro del Barrio Vedado, a siete kilómetros del estadio Pedro Marrero, donde mañana, a las 20 horas (18 horas, Guatemala) se llevará a cabo el juego.
Cuba no tiene nada que perder, por lo que la presión es para el equipo nacional, que tendrá el apoyo de casi mil 200 aficionados que llegarán, a partir de hoy, en vuelos chárter, según datos del consulado de Cuba en Guatemala.
Tras su llegada al hotel, los seleccionados no hablaron con la prensa por disposición de Ramón Maradiaga, quien aseguró que, por lo tarde, los jugadores irían directo a sus habitaciones y, luego, a cenar.
Una sesión de trabajo
La selección nacional solo hará un turno de entrenamiento y, a la vez, reconocimiento de cancha del estadio Pedro Marrero, a las 18 horas, y será allí donde el estratega hondureño definirá el once inicial.
Entre tanto el seleccionado cubano trabajará después del turno de Guatemala. Por ahora, la expectativa más grande la tienen los hinchas nacionales, ya que, para los aficionados cubanos, el juego aún no ha despertados la atención, y hay quienes ni están enterados del mismo.
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